¿Qué está pasando en Argentina?
La ideología libertaria
El presidente argentino Javier Milei se autodenomina como defensor de la ideología «libertaria», construyendo su narrativa en torno a este término eufemístico. Ser libertario ahora se presenta como una etiqueta vinculada a connotaciones positivas, como la tan apreciada libertad. Sin embargo, Milei disecciona inescrupulosamente el significado político del concepto de libertad, desgajando de manera implacable el ideario clásico del liberalismo original forjado en la Revolución Francesa, que fusionaba con igual fuerza y profundidad los conceptos asociativos de libertad, igualdad y fraternidad.
Milei menosprecia la igualdad y se erige como un oponente frontal de la fraternidad en su concepción moderna, que se traduce en solidaridad. Su perspectiva de la libertad se asocia únicamente con la economía de mercado, fomentando una libertad individualista que prescinde de la intervención estatal para garantizarla para todos. Por esta razón, a menudo se le identifica como un representante del «anarcocapitalismo».
Esta peculiar ideología une a Milei con figuras como Trump y Bolsonaro, quienes comparten su negacionismo del cambio climático y su escepticismo hacia la desigualdad generada por el patriarcado. A su vez, Milei se declara admirador de Carlos Menem y crítico de Raúl Alfonsín. Su postura se revela como contraria al concepto de justicia social y a la redistribución de la riqueza.
Milei muestra un claro autoritarismo al desconfiar tanto del parlamento como de los partidos políticos, además de cuestionar la división de poderes. Su aversión hacia los sindicatos es palpable, y lo fundamenta en un motivo claro: estos representan intereses opuestos a los que él defiende, lo cual explica su profundo odio hacia ellos.
Las elecciones y sus resultados
Milei emergió victorioso en las elecciones argentinas, pero, como dicen los italianos, «ma non troppo», no es verdad que obtuvo un triunfo arrollador. En la primera vuelta, logró apenas el 30% de los votos, asegurando la segunda posición. Fue recién en el ballotage, con solo dos candidatos en competencia, donde se reveló el desenlace. Milei enfrentó al ministro de Economía de Alberto Fernández, Sergio Massa, quien llevaba la pesada carga de una cifra centenaria en inflación sobre sus espaldas, y allí fue cuando el mediático «outsider» logró ascender hasta el 56% de los votos y llevarse la victoria.
Una elección argentina rara, atípica, y desdoblada de las elecciones de gobernadores. Milei, ganó la presidencia, pero no gobierna ninguna de las 24 provincias argentinas, tampoco ninguna ciudad de relevancia. Elegidos en la primera vuelta, los bloques parlamentarios del mileísmo en la Cámara de Diputados y en la de Senadores son minoritarios, pero muy minoritarios, no alcanzando el 20% de los legisladores. Pero claro que Milei no está solo, porque cuenta con el apoyo de Mauricio Macri que desde el momento en que le negaron su candidatura a presidente, se encargó de boicotear las posibilidades del espacio que integraba, y se aferra a la táctica otrora adjudicada al troskismo de “cuanto peor mejor” en su sed de venganza contra el kirchnerismo, el radicalismo, un sector del PRO, y todas las personas de buena voluntad que no lo consideren un prócernacional.
Un tema aparte es analizar por qué el pueblo argentino optó por un giro inesperado al votar a Milei y, en particular, indagar las razones detrás del apoyo masivo que obtuvo entre los hombres jóvenes de bajos recursos. También resulta intrigante comprender por qué las clases medias prefirieron su elección en el ballotage. Si bien existen múltiples y diversas explicaciones, no profundizaremos en ese análisis en esta nota. No obstante, mencionaremos dos argumentos sin temor a equivocarnos: 1. No siempre las elecciones del pueblo son acertadas y 2. La totalidad de la clase política tradicional ha fracasado en la gestión de los problemas económicos de Argentina, al menos en los últimos 40 años, con la consecuente proliferación de la pobreza y la desigualdad.
Las medidas adoptadas por Milei
Entonces, al asumir su mandato, Milei buscó consolidar un empoderamiento rápido mediante la emisión de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), una herramienta excepcional que confiere al presidente poderes especiales para tomar decisiones legislativas puntuales y acotadas. A través de esta vía, procede a modificar más de 300 normativas, que fueron derogadas omodificadas total o parcialmente. Este cambio masivo abarca áreas fundamentales como la salud, los alquileres, el turismo, el sector aerocomercial, la producción de medicamentos, el comercio interior, los medios de comunicación, y las economías regionales, llegando incluso a contemplar la posibilidad de privatizar los clubes de fútbol.
Es importante destacar que el DNU incluye de manera destacada un capítulo especial que impacta directamente en los trabajadores y sus organizaciones sindicales, reflejando la marcada aversión de Milei hacia los sindicatos. Veamos:
La normativa rubricada por Milei, entre diversas disposiciones, suprime las sanciones a los empleadores por incumplimientos; introduce cambios regresivos en la legislación sobre teletrabajo; extiende de manera irrazonable los plazos del período de prueba; altera el Régimen de Contrato de Trabajo al eliminar cualquier presunción en favor del trabajador; autoriza el uso y abuso de mecanismos de contratación más flexibles; favorece la tercerización; facilita la negociación de jornadas laborales extremadamente flexibles; reduce las compensaciones por despido y permite su abono en cuotas.
En lo que respecta a los derechos colectivos, se cuestiona la ultraactividad de los convenios, afectando las cláusulas de aporte y contribuciones destinadas a organizaciones sindicales, impactando negativamente en su economía. Se criminalizan las protestas y se dificulta la realización libre de Asambleas y Congresos. Se reglamenta el derecho constitucional de huelga y se introducen numerosas restricciones en la huelga de servicios esenciales y trascendentales, afectando a la mayoría de las actividades, y especialmente al sector público.
Además, el DNU también da pasos en detrimento de las Obras Sociales sindicales, estructuras gestionadas por los sindicatos que ofrecen un servicio integral de salud a los trabajadores y sus familias a un costo relativo muy bajo, con prestaciones excelentes en comparación a estándares internacionales. Varias disposiciones encarecen estas prestaciones y posibilitan que el sector privado de la salud atraiga a los trabajadores con mayores ingresos, perjudicando así una lógica de financiamiento basada en la solidaridad.
Cambios vertiginosos
El 10 de diciembre de 2023, Milei asume la presidencia y tan solo diez días después, el 20 de diciembre, firma el DNU, el cual entra en vigor rápidamente el 29 de diciembre. La sociedad en su conjunto y, de manera destacada, el movimiento sindical reaccionó de inmediato. La Confederación General del Trabajo (CGT) convocó a sus asesores jurídicos y presentó una acción legal en la justicia laboral solicitando la inconstitucionalidad del DNU. La misma medida fue adoptada por la CTA Autónoma y las CTA de los Trabajadores. Colegios de Abogados, académicos y diversos sectores sociolaborales se expresaron en un rechazo unánime.
Esta presentación no fue meramente formal; se decretó una movilización para el 27 de diciembre, a la que, desafiando la intimidación mediática del Gobierno, acudieron más de 100,000 trabajadores. El 3 de enero de 2024, la Cámara Nacional de Apelaciones falló a favor del pedido de la CGT. Aunque el Gobierno apeló ante la Corte Suprema de Justicia que se expedirá en febrero, hasta el momento, las cláusulas laboralesdel DNU no están en vigencia.
Sin embargo, el gobierno intensificó su posición. A la magnitud del mega DNU, añadió un proyecto de ley superlativo enviado al Congreso el 27 de diciembre de 2024. En un lapso de solo tres semanas, entre el DNU 70/23 y la propuesta de ley integral, el Poder Ejecutivo presentó 1649 artículos que transforman por completo la dinámica de la vida social y política, los criterios de protección y la estructura estatal.
Con la «Ley de Bases y Puntos de Partida para la Libertad de los Argentinos», Milei solicita al Congreso la declaración de emergencia en áreas económicas, fiscales, de seguridad y más. Este proyecto incluye reformas electorales que perjudican a las minorías y la paridad de género, judicializan protestas, abordan temas de seguridad y defensa, y contienen polémicos aspectos como el blanqueo de capitales, moratoria impositiva, cambios fiscales, concesiones públicas a través de PPP, suspensión de la fórmula de jubilaciones y privatización de empresas públicas.
Al mismo tiempo Milei despide masivamente a trabajadores de los servicios públicos, opera una reforma de la estructura estatal en la cual degrada el rango ministerial de la educación y el trabajo, elimina entre muchos organismos, el ministerio de mujeres y las agencias de protección contra la discriminación, impulsa el cierre de los medios de comunicación público y la privatización de las empresas del Estado.
Milei en Davos
El 17 de enero Milei se presentó en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Con la soberbia y extravagancia que lo caracteriza, expresó sus pensamientos de extrema derecha, plagados de anacronismos, alertando sobre el peligro que, según él, enfrenta Occidente, criticando las políticas «colectivistas y el socialismo”. Durante su intervención, defendió fervientemente el capitalismo como la única solución para erradicar la pobreza global y cuestionó la justicia social, argumentando que es violenta e injusta. Expresó su firme oposición al socialismo, calificándolo como un fenómeno empobrecedor y un fracaso en varios países. Además, abordó los conflictos sociales, criticó la agenda feminista “radical” y cuestionó la defensa del medio ambiente.
Rumbo a la huelga y movilización del 24 de enero
Las centrales sindicales, lideradas por la Confederación General del Trabajo, han anunciado un Paro Nacional (huelga) con movilización programado para el 24 de enero. De manera pública, expresaron su intención de convocar a más de un millón de trabajadores frente al Congreso de la Nación. Al mismo tiempo, el Gobierno ejerce presión sobre el parlamento para que vote, de manera inmediata y sin debate ni modificaciones, la ley integral antes de la manifestación sindical.
En los primeros dos meses de su mandato, Milei se encuentra ante el desafío del primer paro general y la declaración de inconstitucionalidad de su DNU. Además, enfrenta la incertidumbre sobre la aprobación parlamentaria de su programa, lo que lo lleva a acusar a los diputados de incapacidad, pereza y de ser «coimeros», término que en Argentina sugiere recibir dinero a cambio de favores.
La economía se encamina directamente hacia una colisión. La inflación de diciembre alcanzó el 25%, mientras que las tarifas públicas, el transporte, los combustibles y los alimentos experimentan aumentos a un ritmo alarmante. Además, se vislumbran conflictos sociales de alta tensión hacia marzo.
En medio de una incertidumbre total, el movimiento sindical emerge como uno de los pocos protagonistas sociales que ha delineado una estrategia clara de oposición y resistencia. Los resultados de la movilización del 24 de enero serán fundamentales para establecer su posicionamiento en la lucha de poderes.