Con la temporada de dengue en pleno apogeo, es crucial estar informado sobre cómo manejar la enfermedad. Expertos en salud han proporcionado valiosa orientación sobre qué comer y qué evitar, así como la duración y las fases del virus en el cuerpo. Desde la Secretaría de Formación y Capacitación de AGOEC te compartimos estos conceptos clave a tener en cuenta.
QUÉ COMER Y QUÉ EVITAR:
Para aquellos que enfrentan el dengue, la elección de alimentos adecuados puede marcar la diferencia en la recuperación. Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el dengue puede producir anemia, por lo que se deben incorporar alimentos ricos en proteínas y hierro, como carnes rojas, hígado, legumbres como lentejas y garbanzos, frutos secos como maní, nueces, almendras y pistachos, además de vegetales de hoja verde como espinaca y acelga. Mantenerse bien hidratado en todo momento es esencial para combatir la enfermedad.
Por otro lado, se debe evitar el consumo de ciertos alimentos que podrían agravar los síntomas, como pimienta, jengibre, frutas como moras, frutillas, arándanos, kiwi, ciruelas y duraznos, así como ciertos condimentos y cítricos como limón, mandarina, uvas y naranjas. También es importante abstenerse de consumir alimentos como apio, cebolla, berenjena, así como vino y café.
DURACIÓN DEL DENGUE EN EL CUERPO:
El virus del dengue puede permanecer en el cuerpo desde 24 horas antes del inicio de la fiebre hasta cinco a siete días después de que los síntomas hacen su aparición, en este período el paciente se encuentra en una etapa aguda de la enfermedad y debe mantener el aislamiento para prevenir la transmisión a través de mosquitos sanos.
Posteriormente, entra en una fase posviral, donde pueden persistir síntomas como cansancio, fatiga y trastornos del sueño.
DESARROLLO DE ANTICUERPOS:
Tras la infección por dengue, el cuerpo comienza a producir anticuerpos como parte de su respuesta inmunitaria. La inmunoglobulina M (IgM), es indicativa de una infección aguda y comienza a detectarse entre el quinto y el séptimo día de síntomas y puede mantenerse en niveles detectables por hasta 12 semanas.
Por otro lado, la inmunoglobulina G (IgG), está asociada con infecciones pasadas y comienza a elevarse entre la segunda y la tercera semana después de la infección, puede permanecer en niveles detectables de por vida.
Con esta información vital, aquellos afectados por el dengue pueden tomar medidas para una recuperación más efectiva y una gestión adecuada de la enfermedad. Mantenerse informado y seguir las recomendaciones médicas es clave para superar con éxito esta enfermedad.